Los agricultores centroamericanos son pieza clave en la transición sostenible, pero su potencial real se revela cuando adoptan tecnología e innovación climática.
Artículos recientes destacan que la región posee recursos críticos —como el 46 % del agua dulce y el 50 % de la biodiversidad global—, lo que convierte a sus productores en aliados estratégicos del desarrollo verde.

Incorporar innovación en prácticas agrícolas —como sistemas circulares, eco-intensificación y monitoreo inteligente— genera mayor productividad, menores emisiones y valor agregado. Esto también fortalece la resiliencia frente al cambio climático, reduciendo riesgos y fomentando una producción agroindustrial eficiente y responsable.
Empresarialmente, apoyar modelos agro-resilientes deja de ser una opción ideológica para convertirse en cuestión de competitividad. Las pymes del campo, incentivadas por políticas, financiamiento y alianzas público-privadas, pueden transformarse en ejemplos de aporte sostenible, fortaleciendo la reputación comercial y abriendo puertas a nuevos mercados conscientes.
Con información de El País